El remojado de las semillas, cereales y frutos secos es clave para disminuir su contenido en antinutrientes. Pero podemos aumentar aún más la digestibilidad del alimento si le proporcionamos un medio ácido en el remojo de la semilla, mejorando así la liberación de los fitatos. Esto se debe a que un medio ácido sirve como activador, acelerando el inicio del proceso de fermentación que permite la eliminación del ácido fítico.
Por añadidura, si la temperatura del agua donde realizamos el remojo es cálida, también favoreceremos el proceso de aceleración enzimática activando la fitasa, que es la enzima encargada de reducir y eliminar el ácido fítico.
Medio ácido: zumo de limón, vinagre de manzana, keffir de agua, kombucha…
Procedimiento:  una cucharadita de zumo de limón, vinagre de manzana o el medio ácido elegido mezclado con una taza de agua tibia, donde remojaremos posteriormente las semillas. Multiplicaremos la cantidad proporcionalmente si necesitamos más agua para el remojo
Activar los frutos secos y semillas consiste en remojarlos para eliminar sus inhibidores enzimáticos.
Los inhibidores enzimáticos son moléculas que contienen las semillas para evitar que se desencadene el proceso de germinación antes de tiempo. Así, quedan protegidas para que la germinación se produzca sólo cuando en la naturaleza se den las condiciones óptimas de humedad y calor que necesitan.
Cuando los remojamos, los inhibidores pasan al agua.

¿Por qué es conveniente eliminar los inhibidores enzimáticos?

Estos inhibidores son antinutrientes. Si los eliminamos, mejora la digestión de estos alimentos siendo mejor tolerados y el ácido fítico que contienen se reduce, mejorando así la absorción de minerales (son quelantes de Fe, Ca, Mg, Zn, es decir, inhiben su absorción).

Método adecuado para activar semillas y frutos secos

  • Remojar entre 6 y 12 horas, en agua abundante (deben ser frutos secos crudos, no tostados y semillas para germinación).
  • Enjuagar bien y escurrir. ¡Ya se pueden consumir!
  • Si queremos hacer una mayor cantidad para guardar, entonces hay que secar bien las semillas y frutos secos para que no se enmohezcan: extender para que se sequen al completo y guardar unos días en un bote hermético en el frigorífico;  o bien, si tenemos un deshidratador, extender y secar a 40º para guardar en bote hermético a temperatura ambiente.
  • Un paso más allá: germinación. El proceso de germinación se puede decir que comienza en el momento en que se remojan, pero sería ideal permitir que las semillas empiecen a brotar, manteniendo la humedad durante unas 12-24 horas más. Para ello, una vez escurridas, las mantenemos húmedas y no encharcadas. Para ello podemos utilizar un germinador de tarro, una bolsa de cáñamo o un colador convencional de plástico.